El tibio sol de las tardes de invierno acompaña a Ángel por la senda de la amargura que va desde la verja del cementerio hasta el rincón donde permanecen marchitas las rosas blancas de la semana pasada. Un poco más allá, sustituye otro ramo idéntico para la chica que vino a recoger su ramo de novia aquel día y se fue llorando, a la que quiso cambiar las lágrimas por flores, a la que le envió el más querido de sus mensajeros con la esperanza de juntar dos rosas en el mismo ramo. Cuando termina, se sienta en un banco desde el que se ven los dos ramos. Una señora enlutada se le acerca.
-Es todo cuanto podemos por ellos-suspira la mujer-las flores la mantienen unida con su hijo.
Se pone el sol tras el muro y el padre de Jaime abandona el camposanto. Si se da prisa aún podrá terminar el ramo de novia que tiene encargado para mañana.
Cuando se alejó, pude leer la tarjeta que acompañaba ese precioso ramo que descansaba sobre ellos.
"El corazón no muere cuando deja de latir, el corazón muere cuando los latidos no tienen sentido"...
Por esos 82 corazones rotos, por esos 82 sueños incumplidos, por esos 82 deseos de ser felices. Por aquellos que se quedaron aquella noche del 17 de Diciembre de 1983, atrapados en ceniza y fuego... Mi sentido homenaje hacia ellos.
ResponderEliminarEn Alcalá 20, en la discoteca ¿no?,precioso final Rosi/Lucía,, la muerte cuando sobreviene en plena juventud es aún si cabe más desoladora. Un bonito detalle por tu parte, un beso.
ResponderEliminarSí, Paloma. Un trágico suceso en una de las discotecas madrileñas, he conocido a lo largo de mi vida, familiares de algunos de los jovenes que allí se encontraban, y creí que escribir una historia sobre ellos sería un gran homenaje. Ojalá nunca ocurra nada igual. UN beso querida amiga.
ResponderEliminarHola Rosi, querida:
ResponderEliminarLlevo unos días muy liada y entrando poco en los blogs. ¡Es que te absorben un montón!
Me ha parecido bello y muy triste tu pequeño relato. Tienes razón, ¡cuantos sueños rotos, cuantos! Pero yo soy optimista, y creo que algún día, en algún lugar, quizás en otro universo..., llegaremos a ser luz y a convertir nuestros sueños en realidad.
¡Gracias amiga por tu presencia en el blog de Jorge! Formas parte del grupo de los íntimos de Jorge.
Un abrazo grande para ti.