Subes a la segunda planta, te diriges a la sala de pre anestesia, cruzas los quirófanos, y a la izquierda te encuentras con cuidados intensivos. ¡No tienes pérdida! Y si no lo encuentras pregunta a alguien, que encontrarás a mucha gente por allí…
Aún resonaban esas palabras en mis oídos cuando me encontré frente a la puerta de quirófanos. Empujé suavemente la puerta, bien decía prohibido el paso, pero yo ahora era personal sanitario. Lancé cierta mirada sarcástica sonriendo.
-¡Puedo entrar aquí! y entré empujando suavemente la puerta. Me habían dicho que preguntase si no hallaba el lugar, pero preguntar ¿a quien? Allí no se encontraba nadie, también tengo que decir que no creo que operen a mucha gente un sábado a las dos de la madrugada.
-Joer, esto me pasa sólo a mí. Tendría que haber ido por donde siempre, pero mi manía de atajar por los sitios.
Pensé para mi sola estas palabras, me estaba asustando, realmente asustada diría yo cuando vi que daba vueltas y más vueltas y no salía de quirófanos.
Quirófano 1- quirófano 2- quirófano-3 y así hasta ocho, ¡La leche!¿ porqué dicen que hay tantas listas de espera?
A ver, iré por aquí, que parece que este pasillo no lo he paseado aún… Quirófano 1- quirófano 2… pues sí, ya he pasado por aquí.
Nadie, no había nadie para preguntar. Intentaba salir de allí pero daba vueltas y vueltas…
-¡Un momento! pensé. ¿Quién tiene la oportunidad de tener un quirófano un fin de semana a su disposición?
¡Es sensacional! Dictaminé con una amplia sonrisa, y me puse manos a las obras.
Entré en el quirófano 1… miré a mi alrededor y me dirigí hacia el armarito de los desinfectantes, el alcohol es un buen aliado para dar brillo al acero inoxidable, y eso fue lo primero que hice.
Necesitaba un buen espejo… puse una de las bandejas de pie, bueno no me veía de cuerpo entero, pero iría por partes y le saqué brillo con el alcohol.
En otra bandeja, dispuse bisturís, tijeras, portas, agujas e hilo de sutura, cloredixidina, mepivicaina, y todo lo que terminaba en ina… y parecía que podía serme útil.
Me puse frente a la bandeja que me servía de espejo, y dispuse a analizarme.
Estas patas de gallo, que empiezan a aparecer no me gustan nada… y me señale con un rotulador rojo.
Tal vez si me subo los párpados,¿ como se llamaba esa operación? ¡Ah sí! “Blefaroplastia” pues eso, que me ayudará a quitarme 10 años por lo menos.
A ver, sigamos bajando… la nariz… hummm bueno es pequeña, un poco chatilla, pues nada la quiero respingona… sí como Leticia… otra cruz en rojo…
Los labios y pómulos ¿botox o colágeno? Creo que aquí no encontrare nada de eso, bueno tal vez si me inyecto un poco de suero fisiológico, total es para darle un poco más de volumen…
Sigamos bajando… ¿cuello? Hummm puede pasar, creo que todavía no le hace falta un arreglo.
Y llegamos a una zona crucial…¡ las tetas! sí así como suena, a ver ¿Más grandes? ¿Más pequeñas? Creo que no, que están bien así… bueno vale seamos sinceras… las tengo caídas, así que puedo implantarme unos hilos de oro, que van subiendo gradualmente… venga sí, un retoquito…dos cruces en rojo.
Y seguimos bajando… la tripa… nada los ejercicios abdominales, no surten ningún efecto, y ahora tengo la solución… una abdominoplastia, y me pondré esos vaqueros bajos de cintura, y que se me vean las braguitas. Y sigo poniendo cruces…
El culo… me miro una y otra vez, no me parece que ni le falta ni le sobra nada, el subir y bajar tantas escaleras diariamente dan su recompensa.
Las piernas… bueno alguna arañita varicosa, prepararé unas agujas intravenosas y…
-¡Madre, que guapa voy a quedar!… Tengo 48 horas para mi solita, así que manos a la obra.
Experimenté una punzada de satisfacción al comprobar que ya había acabado, suturé los últimos puntos, y me di unos toques con betadine. Estoy agotada, siento que mis parpados se cierran, debe ser los efectos de la anestesia. Y aliviada me acomodé en la camilla, me tapé con una sabana de color verde y cerré los ojos…
-¡Dios mío, que ha ocurrido aquí!
Los gritos aterradores de la mujer encargada de la limpieza, que ha entrado a preparar el quirófano, me despiertan, veo como sale despavorida, gritando.
-¡Socorro! ¡Socorro!
Me incorporo en la camilla, y puedo comprobar cómo varias personas me miran estupefactas, de pronto reconozco en una de ellas a una de mis compañeras.
Y me aferro a su brazo…
-Soy yo ¿ no me reconoces?
De repente se echó a llorar y su rostro se transformó.
-¿Me reconoces, sabes quién soy?
Ella negaba con la cabeza, a lo que yo complacida sonreí. Era justo lo que deseaba… pero en palabras de alguien escuché.
-¡Pero sí parece Chuki!…
-¿Chuki?¡ No, yo no quería eso! Quiero parecerme a Angelina Jolie… Y mis ojos se cierran de nuevo, pensando en el cuadrante e imaginando la próxima noche, hacerme un pequeño arreglito más...
Aún resonaban esas palabras en mis oídos cuando me encontré frente a la puerta de quirófanos. Empujé suavemente la puerta, bien decía prohibido el paso, pero yo ahora era personal sanitario. Lancé cierta mirada sarcástica sonriendo.
-¡Puedo entrar aquí! y entré empujando suavemente la puerta. Me habían dicho que preguntase si no hallaba el lugar, pero preguntar ¿a quien? Allí no se encontraba nadie, también tengo que decir que no creo que operen a mucha gente un sábado a las dos de la madrugada.
-Joer, esto me pasa sólo a mí. Tendría que haber ido por donde siempre, pero mi manía de atajar por los sitios.
Pensé para mi sola estas palabras, me estaba asustando, realmente asustada diría yo cuando vi que daba vueltas y más vueltas y no salía de quirófanos.
Quirófano 1- quirófano 2- quirófano-3 y así hasta ocho, ¡La leche!¿ porqué dicen que hay tantas listas de espera?
A ver, iré por aquí, que parece que este pasillo no lo he paseado aún… Quirófano 1- quirófano 2… pues sí, ya he pasado por aquí.
Nadie, no había nadie para preguntar. Intentaba salir de allí pero daba vueltas y vueltas…
-¡Un momento! pensé. ¿Quién tiene la oportunidad de tener un quirófano un fin de semana a su disposición?
¡Es sensacional! Dictaminé con una amplia sonrisa, y me puse manos a las obras.
Entré en el quirófano 1… miré a mi alrededor y me dirigí hacia el armarito de los desinfectantes, el alcohol es un buen aliado para dar brillo al acero inoxidable, y eso fue lo primero que hice.
Necesitaba un buen espejo… puse una de las bandejas de pie, bueno no me veía de cuerpo entero, pero iría por partes y le saqué brillo con el alcohol.
En otra bandeja, dispuse bisturís, tijeras, portas, agujas e hilo de sutura, cloredixidina, mepivicaina, y todo lo que terminaba en ina… y parecía que podía serme útil.
Me puse frente a la bandeja que me servía de espejo, y dispuse a analizarme.
Estas patas de gallo, que empiezan a aparecer no me gustan nada… y me señale con un rotulador rojo.
Tal vez si me subo los párpados,¿ como se llamaba esa operación? ¡Ah sí! “Blefaroplastia” pues eso, que me ayudará a quitarme 10 años por lo menos.
A ver, sigamos bajando… la nariz… hummm bueno es pequeña, un poco chatilla, pues nada la quiero respingona… sí como Leticia… otra cruz en rojo…
Los labios y pómulos ¿botox o colágeno? Creo que aquí no encontrare nada de eso, bueno tal vez si me inyecto un poco de suero fisiológico, total es para darle un poco más de volumen…
Sigamos bajando… ¿cuello? Hummm puede pasar, creo que todavía no le hace falta un arreglo.
Y llegamos a una zona crucial…¡ las tetas! sí así como suena, a ver ¿Más grandes? ¿Más pequeñas? Creo que no, que están bien así… bueno vale seamos sinceras… las tengo caídas, así que puedo implantarme unos hilos de oro, que van subiendo gradualmente… venga sí, un retoquito…dos cruces en rojo.
Y seguimos bajando… la tripa… nada los ejercicios abdominales, no surten ningún efecto, y ahora tengo la solución… una abdominoplastia, y me pondré esos vaqueros bajos de cintura, y que se me vean las braguitas. Y sigo poniendo cruces…
El culo… me miro una y otra vez, no me parece que ni le falta ni le sobra nada, el subir y bajar tantas escaleras diariamente dan su recompensa.
Las piernas… bueno alguna arañita varicosa, prepararé unas agujas intravenosas y…
-¡Madre, que guapa voy a quedar!… Tengo 48 horas para mi solita, así que manos a la obra.
Experimenté una punzada de satisfacción al comprobar que ya había acabado, suturé los últimos puntos, y me di unos toques con betadine. Estoy agotada, siento que mis parpados se cierran, debe ser los efectos de la anestesia. Y aliviada me acomodé en la camilla, me tapé con una sabana de color verde y cerré los ojos…
-¡Dios mío, que ha ocurrido aquí!
Los gritos aterradores de la mujer encargada de la limpieza, que ha entrado a preparar el quirófano, me despiertan, veo como sale despavorida, gritando.
-¡Socorro! ¡Socorro!
Me incorporo en la camilla, y puedo comprobar cómo varias personas me miran estupefactas, de pronto reconozco en una de ellas a una de mis compañeras.
Y me aferro a su brazo…
-Soy yo ¿ no me reconoces?
De repente se echó a llorar y su rostro se transformó.
-¿Me reconoces, sabes quién soy?
Ella negaba con la cabeza, a lo que yo complacida sonreí. Era justo lo que deseaba… pero en palabras de alguien escuché.
-¡Pero sí parece Chuki!…
-¿Chuki?¡ No, yo no quería eso! Quiero parecerme a Angelina Jolie… Y mis ojos se cierran de nuevo, pensando en el cuadrante e imaginando la próxima noche, hacerme un pequeño arreglito más...
Se acerca peligrosamente el día del libro, y no quería pasar desapercibida en mi blog, este toque de humor para alegrar el día. Muchas gracias.
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