miércoles, 30 de marzo de 2011

Os presento a Cloé

Dos protagonistas... un portatil y miles de ideas para empezar... sólo un pero... " tiempo" ... tengo que arañarlo de donde sea porque quiero empezar ya...

Permitirme que os presente a Cloé... una gatita presumida, a primera vista dulce... pero que saca las uñas... cuando le intentan robar lo que cree que es su terreno... ¡Vamos igualito que una mujer!

Asi que voy a limarme las uñas y allá voy con mi siguiente novela corta. Esto solo es empezar, lo demás viene rodado...

Ya os contaré... miauuuuuuuuuu.

jueves, 17 de marzo de 2011

El espejo de la realidad


Intenté que mi mente ordenase las imágenes de las realidades que me mostraban en paralelo la pantalla del ordenador y la de la televisión.

No daba crédito a lo que la pantalla mostraba, la tierra se movía enfurecida al máximo, el agua arrasaba todo lo que encontraba a su paso.

Y los reactores… empezaban a explotar… Mi mente hizo en una pausa record, un viaje en el tiempo y recordó una fina lluvia de luto que apagó las miserias de los humanos, contaminó las tierras y los ríos. Aparecieron en escena actores secundarios: cáncer, leucemia, epidemias y rencores eternos.

Pero la sinrazón del ser humano, está acorazada contra toda lógica y el sufrimiento… o eso creemos, cuando de pronto de la nada… aparecen niños que nacen entre escombros, familiares que ya han dado por desaparecidos y se vuelven a reencontrar y la imagen del día que acabo de congelar en pantalla.

Un perro junto a otro, acariciándose en medio de tanto dolor y confusión, mirando a la cámara que cliquea una y otra vez, mostrándonos su imagen, preguntándose en silencio. ¿Esto acabará alguna vez?

Hoy ha querido brillar nuevamente el sol, para decirnos que sí… que esperemos que sí.

viernes, 11 de marzo de 2011

LOS INNOMBRABLES EN UN DÍA COMO HOY


LOS INNOMBRABLES EN UN DÍA COMO HOY

Mi querido niño, hoy 11 de Marzo compartes cumpleaños con una de las mayores lacras de nuestro país, la página negra de esta época… ellos “los innombrables” quisieron poner nombre y apellidos a una larga lista que con el paso del tiempo ha ido creciendo por las secuelas que dejaron en aquellas vías de tren.

Cada día intento darte alas para volar, para que cumplas tus sueños… sin embargo en la sombra siempre están ellos… ¡los innombrables que cortan esas alas y esos sueños!

Hace casi seis años cuando entré a trabajar en la residencia, me presentaron a un hombre que había sido víctima de sus ataques. Al presentarme, me miró e intentó hablarme, pero solo consiguió balbucear.

La explosión de aquella mañana había afectado a su lenguaje y a la mitad de su cuerpo, solo podía mover un brazo y una pierna.

Para no perder la media libertad que la vida le había dado por derecho se apoyó en el coraje y en una silla de ruedas, que le permitía seguir estando presente junto a sus mutiladores, cuando al alba de cada día pasaba lista.

Una noche no lo encontré como siempre acostado a la hora de costumbre, se hallaba sentado frente al escritorio que comparte con él la habitación y me invitó a que leyese lo que estaba escribiendo… poco se imaginaba él la amistad que mantendríamos con el paso de los años.

Le gusta mucho la historia, y siempre escribe sobre los reyes que han reinado en nuestro país, yo cada noche aprendo algo nuevo con él, porque como costumbre he cogido que siempre voy a visitarlo durante diez minutos al inicio de cada guardia nocturna.

Me espera con impaciencia ya acostado sobre su cama, y cuando entro sigilosamente por si estuviese durmiendo, me señala con el dedo, sus cuadernos que inevitablemente ocupan su escritorio.

Podía ser compañero nuestro, y dedicarse como todos nosotros a su profesión, y en sus momentos libres a escribir, pero “los innombrables” decidieron aquel día, como muchos otros a vestir de luto nuestra historia.

Aún así tuvo más suerte que muchos de sus compañeros y es que él puede decir que está vivo… un día le pregunté dónde había nacido.

-¡Cae! Me contestó con mucha dificultad para expresarlo.

-¡Anda de Cádiz! Entendí yo…

Y él se puso un poco agresivo. Siempre se altera cuando no consigue expresarse con la suficiente claridad para que le entienda su interlocutor del momento.

-¡Tranquilo! A ver estamos aquí en Madrid, señalé en un mapa imaginario sobre la cama, ahora esto es el Norte, Sur, Este y Oeste…

-No me dio tiempo a más explicaciones, me cogió la mano y me llevó a la parte de ese mapa que yo deduje que era Extremadura.

-¡Cae, cae!

Para evitar su desesperación, me arriesgué y dije ¡Cáceres!

-¡I, I! Me gritaba abrazándome y riéndose a carcajadas como un niño…

Y hace un mes, cuando vi su maleta preparada para pasar unos días con su familia, me sentí contenta, y más cuando me contaron que iba a conocer a su primer nieto que había nacido unos días atrás.

-¡Mía, Mía! Fueron sus últimas palabras que me dijo hace un mes… y señalaba unas gafas de sol.
- ¿No me digas que te han comprado unas gafas de sol?

-¡I, I! -Exclamaba todo contento, enseñándome tan preciada joya.

-Huy, huy, que vas a llegar al pueblo, como todo un “pijo de Madrid”.

Y se rió a carcajadas como un niño…

No perdió la vida, pero sí instantes de ella… instantes de estar con su mujer, con sus hijos, sus nietos, sus amigos…

Ahora estoy en un balcón, acabo de contemplar un amanecer maravilloso y he querido preguntar a cientos de padres y abuelos que comparten sus risas con hijos y nietos, el porqué de esta sinrazón.

En la calle se respira la vida entre gritos y alegrías, y me pregunto yo:

¿Se les habrá pasado por la imaginación a estos “innombrables” la mínima posibilidad de hacernos callar a todos?

¡YO CREO QUE NO!

Y entre el bullicio de la gente que está en la calle, creo escuchar:

¡YO TAMPOCO!

¡YO TAMPOCO!…

jueves, 3 de marzo de 2011

LA LEYENDA QUE NUNCA MUERE...


La leyenda que nunca muere…

Ochenta años cumpliría el actor que con su magnetismo nos hizo soñar a muchas de nosotras.

Estoy completamente segura… que aquel día un chorro de agua sobre su rostro le devolvió la vida, se abrazó a la prepotencia de la superación y se convenció a sí mismo de que vidas hay solo una… y de que solo con venticuatro años puede morir James Dean… él mismo.

Quiero volar tan alto que nadie pueda alcanzarme. (James Dean)

Una buena frase para reflexionar… sí será mejor hacer caso a los límites de velocidad que nos imponen. Juzguen Ustedes mismos…

miércoles, 2 de marzo de 2011