lunes, 14 de febrero de 2011

Un San Valentin para no olvidar

Dos años sin ella, un pasito más para poder encontrarla y que sus padres tambien descansen...

* * *


Ocho y media de la mañana, llego a casa después de una ardua y larga noche de un fin de semana agotador. Abro la puerta sigilosamente para que mi familia siga plácidamente durmiendo.

Entro al salón y me encuentro con la sorpresa de que sobre el sofá está reclinado en él, un gran corazón rojo con un mensaje que dice “I love you”. Sonrío ante semejante “cursilería” porque sé que no soy la destinataria de dicho regalo.

Pero inconscientemente me siento en el sofá y acaricio ese corazón. Supongo que la propietaria es mi hija de diecisiete años, que lleva saliendo con un chico desde hace unos meses y sonrío, pero es una sonrisa triste.

Esta noche hemos recibido la triste noticia de que “Marta” ya no cumplirá su mayoría de edad, ya no recibirá más regalos por San Valentín.

Me levanto lentamente y descalza recorro el pasillo hasta llegar a mi habitación…allí al lado de la mía, encuentro una puerta entreabierta y en su cama, la veo a ella.

Creo que nunca le di tanta importancia a esos momentos, acaricio su cabello revuelto y recuerdo su última frase.

-¿Mamá, voy guapa?

Y pienso en esos momentos. ¿Y sí ella no hubiese vuelto?...

2 comentarios:

  1. Hola Rosi, tremendo, este relato es tremendo. La primera vez que lo leí sentí la misma angustia que hoy, se ponen los pelos de punta...Un beso y feliz San Valentín

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  2. La verdad es que es breve pero contundente, pero no he querido dejar pasar este día tan significativo para concienciar de que los niños han nacido para disfrutar y para alegrar nuestra casa. Como madre no quiero olvidarme de esta niña ni de las demás. Un besito Paloma.

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